Por Anita Barros
Hola, soy Anita Barros, y llevo más de 10 años trabajando en la cocina del CETAD 12 Pasos. Durante este tiempo, he aprendido que la recuperación no es solo una lucha diaria; es un viaje de sanación, y para muchos, ese viaje comienza en la cocina. Hoy quiero compartir mi historia y cómo la alimentación consciente puede ser una herramienta poderosa para reencontrarnos con nosotros mismos.
Un Lugar de Sanación
Cuando llegué aquí por primera vez, era solo una cocinera que buscaba hacer mi trabajo lo mejor posible. Pero con el tiempo, me di cuenta de que la cocina era mucho más que ollas y sartenes; era un lugar de sanación. He visto personas llegar al CETAD con sus corazones rotos, sus mentes llenas de tormentas, buscando respuestas, buscando un poco de paz. Y a veces, esas respuestas se encuentran en algo tan simple como el aroma del pan recién horneado o el sonido relajante de una sopa burbujeando a fuego lento.
Yo misma he vivido esos momentos. He sentido el peso de los días difíciles, cuando parece que no hay fuerzas para seguir adelante, y he encontrado consuelo en el acto de cocinar. En cada receta, hay una promesa de algo bueno, algo cálido y reconfortante que espera al final. Cocinar no es solo preparar una comida; es una forma de cuidar, de nutrir, de dar amor, a los demás y a uno mismo.
El Poder de la Alimentación Consciente
La alimentación consciente es más que prestar atención a lo que comemos; es estar presente en cada momento. Es elegir ingredientes con amor, picarlos con cuidado, cocinar con paciencia y disfrutar cada bocado como si fuera el primero. Es sentir la textura de una verdura fresca, oler el aroma de una hierba recién cortada, saborear cada matiz y recordar que estamos vivos, aquí y ahora.
En el CETAD, he visto cómo personas que apenas podían mirarse al espejo, encontraban en la cocina un nuevo propósito. Algo tan simple como preparar su propia comida les devolvía la sensación de control y dignidad que habían perdido. Y cuando se sentaban a comer lo que habían creado con sus propias manos, era como si cada bocado les dijera que son capaces, que son dignos de amor y de cuidado.
Mi Propio Viaje de Recuperación
Mi trabajo aquí no solo ha sido alimentar cuerpos, sino almas. He visto cómo la comida puede convertirse en una herramienta de transformación. Y me he transformado también. Al principio, me limitaba a seguir recetas, pero pronto me di cuenta de que cada plato era una oportunidad de conectar con alguien, de ofrecerle un momento de paz y alegría en medio de sus luchas.
He aprendido que la cocina no se trata solo de alimentar el cuerpo; se trata de nutrir el alma, de ofrecer un pedacito de esperanza cuando todo parece perdido. A lo largo de los años, he llorado con aquellos que sentían que no podían más, y he reído con ellos cuando descubrieron que sí podían. Y cada plato que hemos preparado juntos ha sido un recordatorio de que, paso a paso, todo puede mejorar.
Un Plato a la Vez
Si estás leyendo esto y sientes que tu mundo se desmorona, quiero que sepas que no estás solo. Puede que no tenga todas las respuestas, pero puedo ofrecerte un plato caliente, preparado con amor, que te recuerde que hay belleza en lo simple, que hay esperanza en cada nuevo amanecer, y que tú también puedes seguir adelante, un plato a la vez.
."Invito a todos a probar la alimentación consciente, a cocinar sin prisa, a saborear cada momento y, sobre todo, a cuidar de sí mismos, porque merecen sentir la paz y la alegría que se puede encontrar en cada plato preparado con amor.
"Aquí, en CETAD 12 Pasos, seguimos cocinando para el alma, porque creemos que la recuperación no solo se vive, se saborea. Cada plato que preparamos es más que una receta; es un mensaje de esperanza, una promesa de que cada día puede ser un poco mejor que el anterior. Cocinar se convierte en un acto de amor propio, una forma de nutrir el cuerpo y el espíritu, y de recordarnos que merecemos sentirnos bien, completos y en paz. Porque cada bocado es un pequeño paso hacia adelante, una nueva oportunidad para sanar y reconectar con la vida."
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