top of page
Buscar

GUÍA PARA FAMILIAS: “Mi hijo va a internarse... ¿Y ahora qué hago yo?”

  • Foto del escritor: clinica12pasoscuen
    clinica12pasoscuen
  • 24 abr
  • 5 Min. de lectura

El acompañamiento desde el amor y la realidad de la sanación familiar.


ANTES DE COMENZAR: UNA CARTA PARA TI


Querido padre, madre, hermano, pareja o familiar:

Respira.


Hoy te enfrentas a uno de los momentos más difíciles que jamás imaginaste vivir. Es cierto que nadie nos prepara para esto. Pero este momento también es un acto de valentía y amor profundo.

El hecho de que tu ser querido ingrese al tratamiento es una decisión tomada desde el corazón, buscando lo mejor para él o ella.


Tú también eres parte de este proceso. No solo el paciente necesita sanar, tú también. La carga emocional que has estado llevando por tanto tiempo ha sido enorme. Y ahora que te enfrentas a esta etapa, es natural sentir que todo está fuera de control.


Pero quiero que sepas algo fundamental: hiciste lo correcto. Esta es la oportunidad de abrir una nueva puerta, de permitir que tu ser querido comience a sanar, pero también de sanar tú. Toma este proceso como lo que es: un nuevo comienzo para todos.


1. NO LO ESTÁS PERDIENDO, ESTÁS ACOMPAÑANDO DE OTRA MANERA


Lo que sientes al dejar a tu hijo, hija o ser querido en el centro es doloroso, pero lo que estás haciendo es vital. Es un acto de cuidado profundo, de amor consciente. Quizá temes que lo pierdas, que las cosas no vuelvan a ser como antes. Pero lo que realmente estás haciendo es permitirle recibir la ayuda que necesita.


Lo que has hecho no es fácil, pero es necesario. Este es el camino correcto, aunque el dolor lo haga parecer lo contrario. Al estar dispuesto a dejarlo ir para que pueda sanar, estás tomando una decisión que construye un futuro diferente para ambos. Este proceso, aunque doloroso, es el inicio de la recuperación familiar.


No es un abandono, es un acto de confianza.


2. ESTÁS EN UN DUELO, PERO NO POR UNA PÉRDIDA, SINO POR UNA TRANSFORMACIÓN


Cuando el tratamiento comienza, la familia entera pasa por un duelo. Y es natural. Estás diciendo adiós a una versión de tu ser querido, a la forma en que vivías, a una dinámica que ya no funcionaba. Pero lo que te han mostrado este proceso no es el final, sino un nuevo comienzo.


Es el duelo por un futuro incierto, por las expectativas rotas, por las promesas no cumplidas. Pero también es el inicio de un proceso de cambio y transformación. Esto es lo que viene: un nuevo capítulo que, aunque lleno de incertidumbre, tiene un potencial inmenso para crear una familia más fuerte, más sana.


Lo que quizás no ves hoy es que tú también estás sanando, aunque el proceso no lo hayas pedido ni lo esperes. Estás diciendo adiós a las dinámicas que no ayudaban y abriendo espacio para una nueva forma de relacionarse, de amar, de acompañar.



3. TÚ TAMBIÉN NECESITAS CUIDADO EMOCIONAL


El mayor obstáculo que enfrentan las familias es pensar que no tienen derecho a descansar o cuidarse a sí mismos. Es fácil caer en la trampa de creer que cuidar de ti mismo es egoísta cuando tu ser querido está en tratamiento. Pero la realidad es que no puedes acompañar a otro sin primero cuidar de ti mismo.


No hay una guía para este dolor. Cada uno de los miembros de la familia pasa por un proceso emocional único y difícil. El miedo, la frustración y la ansiedad no se resuelven solo con buenas intenciones. Necesitas espacio, tiempo y ayuda para trabajar en tu propio bienestar emocional.


Lo que has hecho bien hasta ahora es que, aunque no lo creas, ya has estado haciendo mucho por tu salud emocional. A veces, un pequeño acto de autocuidado, como pedir ayuda o tomar tiempo para ti, puede hacer una gran diferencia en el proceso de apoyo a tu familiar.


Ahora, es momento de dar un paso hacia adelante y ser consciente de que tu bienestar emocional también importa.


4. ACOMPAÑAR NO ES CONTROLAR: EL ROL DE LA FAMILIA EN EL PROCESO


Uno de los mayores retos es la necesidad de control. Por miedo a lo desconocido, los familiares intentan tomar las riendas, hacer todo por el paciente, y a veces eso afecta más que ayuda.


Es difícil, lo sabemos. Acompañar no es controlar. A veces el amor se confunde con la necesidad de “arreglarlo todo”. Pero lo más importante es que tu ser querido sea el protagonista de su proceso. Es normal que desees intervenir, pero a veces el mayor apoyo que puedes ofrecer es la confianza.


Aquí es donde debes reflexionar: has hecho mucho por él/ella, pero el proceso de sanación debe ser asumido por el propio paciente. El control no le da la libertad para cambiar. El acompañamiento le da el espacio para crecer.


Lo que tienes que recordar es que, aunque no controles, sigues siendo un pilar fundamental en su vida y recuperación.


5. EL HOGAR: UN ESPACIO DE SANACIÓN


El hogar es el lugar donde el tratamiento cobra vida. Cuando tu familiar regrese, será vital que el ambiente familiar esté preparado para apoyar la recuperación. Si el hogar sigue siendo un espacio de tensión, será difícil que la recuperación se afiance. El hogar debe ser un lugar donde se respire calma, donde los límites sean claros, y donde la comunicación abierta sea el centro. Todo lo que se haga o diga en casa tiene un impacto directo en la recuperación.


Lo que has hecho bien hasta ahora es que ya has dado el primer paso: poner en marcha la transformación emocional de tu hogar. La capacidad de mirar hacia adelante y permitir los cambios necesarios es esencial en este momento.


6. ¿Y LOS OTROS MIEMBROS DE LA FAMILIA?


La mayoría de las veces, el foco está en quien está recibiendo el tratamiento, pero la familia completa está siendo afectada. Es vital que reconozcas el dolor de los demás y que te tomes un momento para escuchar sus emociones.


Es importante que tú también te tomes un tiempo para ayudar a los otros miembros de la familia. El proceso de recuperación no debe vivirse de manera aislada. Todos necesitan su espacio para sanar.


Lo que has hecho bien es que has empezado a abrir espacio para la sanación familiar. No estás solo/a en esto. Todos necesitan apoyo, comprensión y espacio para expresarse.


7. EL AMOR EN LA RECUPERACIÓN: REDIFINIR EL VÍNCULO FAMILIAR


Amar a alguien en tratamiento es muy diferente a lo que estabas acostumbrado. Este amor no es solo dar, sino también poner límites saludables. Es un amor que protege, pero no sobreprotege, que permite crecer, pero no dejar caer.


Lo que has hecho bien hasta ahora es dar espacio para que tu ser querido reciba la ayuda profesional que necesita. El amor también incluye el valor de decir “no” cuando es necesario. Y, sobre todo, de estar allí sin exigir cambios inmediatos.


8. LO QUE PUEDES RECORDAR CUANDO TODO PAREZCA DEMASIADO


  • No estás solo/a.

  • No tienes que entenderlo todo, solo estar ahí.

  • No estás fallando. Este es el paso correcto.

  • Tu llanto también merece un espacio.

  • Esta historia todavía puede escribirse con esperanza.


Gracias por no haberte rendido. Gracias por estar aquí, incluso cuando todo en ti pedía huir. Gracias por buscar luz cuando todo parecía oscuridad. En CETAD 12 PASOS te vemos. Te sentimos. Te abrazamos desde la palabra y la presencia.

Tú también estás sanando. Y aunque no lo digas, aunque nadie te lo reconozca, estás haciendo algo inmenso: sostener con amor a quien amas, mientras tú también te reconstruyes.



CETAD 12 PASOS, ahora con convenio con IESS, ofrece un espacio de apoyo integral, brindando asistencia no solo a quienes luchan contra el consumo, sino también a sus familias. Juntos, podemos ser parte del proceso de cambio que tanto necesita tu ser querido, pero también tú. Estamos aquí para acompañarte en cada paso, porque sabemos que el proceso de transformación empieza por todos.


 
 
 

Commenti


bottom of page